Me
interno en tus aguas de lluvia y afluentes,
mientras
el paisaje llano e imperturbable entra por mis ojos sin piedad.
Atravieso
camalotes y juncos en orillas con tarariras al sol.
Extensas
agujas de arena se incrustan en tu piel,
perdidas
barcazas te recorren con algún cargamento,
e
inhibes la desembocadura del río con algún mojón.
Tu
líquido ser me recuerda la Estigia
aunque
el florentino no te haya imaginado jamás
aún
menos los griegos.
Transito
por nuestra América al uso de Martí.
pero,
tu no ofreces, como el Titicaca ,
la fascinación de Teotihuacan o de
sus islas;
de
la Luna y del Sol y las flotantes de los Uros,
tejedores
incansables,
ni
las voces quedas de los quechuas
o
la sorprendente sabiduría de los aymaras.
Y
aún así me atrevo a pensar en Atitlan
abrazada
a los mayas con sus ilustres miradas
Y
más cerca ,está Ypacaraí que aunque no es azul
sí,
es cantada, y rodeada
de
selva y aroma guaraní.
Pero,
tú, eres más modesta.
y
por eso se te puede relacionar con la de los Patos o con la Mar
Chiquita
Pero
por ser humilde, serena,
siempre
sobresales por tu soledad.
Te
navego y me balanceo en tus aguas suavemente y casi no avanzo.
Un
viento inverosímil me empuja sin acierto
Otras
veces, cuando entro en tu territorio, con mis pasos,
y
por largas distancias apenas alcanzas mis rodillas.
Yo
te evoco desde mi infancia,
el
pie desnudo entrando en tu vientre tibio.
Yo
te evoco desde el aire ,
diamante
incrustado en la planicie solitaria.
Bacía
de plata, cuenca de barbero.
No
habría podido el famoso hidalgo confundirte y en su delirio,
enfrentarse
al asombrado barbero,
en
procura del yelmo de Mambrino
Eres,
en el aislamiento de tu geografía,
bálsamo
y descanso
y
eres en la pequeñez de tu nombre- adjetivo
dos
labios unidos, susurrantes,
soplo
en la pronunciación,
procedente
de antiguas voces que te habitaron
y
que por error de concepto
En los sesenta, había dos personas en Rio Branco que recibian el Semanario Marcha . Una de ellas era el Capitán Mullins. Elizabeth es su hija.
o
por ironía
no
fuiste guasú
sino
discretamente,
“mirim”-
pequeña-.
Elizabeth
Mullins
En los sesenta, había dos personas en Rio Branco que recibian el Semanario Marcha . Una de ellas era el Capitán Mullins. Elizabeth es su hija.
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